La vida familiar se ve alborotada cuando un bebé está en camino, tanto si es el primero como si hay ya algún hermano mayor. Tanto los preparativos, primero, como la atención que necesita el recién nacido, después, hacen que éste se convierta en el centro de la familia. Todos estos cambios a menudo no son fáciles de comprender por parte del hermano mayor, quien hasta el momento había acaparado todo el protagonismo. ¿Cómo podemos prepararle para la llegada de un hermanito?
- Explicar el embarazo de forma comprensible para él/ella. Por ejemplo, según la edad, podemos explicarle que el bebé llegará en verano o cuando empiece el frío
- Hacerle partícipe durante todo el proceso: observar el crecimiento de la barriga, notar los movimientos del bebé, involucrarle en los preparativos, etc.
- Incluirlo en la propuesta y elección de posibles nombres
- Fomentar que haga preguntas, pudiendo así resolver todas sus dudas, lo que le tranquilizará y le ayudará a hacerse la idea. Ver juntos fotografías de cuando él era pequeño, o visitar a amigos o familiares con un recién nacido puede resultar también positivo
Hay que tener en cuenta de qué manera se organizará la familia cuando llegue el día del parto. ¿Quién cuidará del hijo mayor ese día? Es importante preverlo y explicárselo con antelación, así como buscar un momento íntimo y tranquilo para el primer encuentro entre los dos hermanos, una vez el pequeño haya ya nacido. Aunque los días posteriores al parto la vida familiar experimenta una auténtica revolución, hay que mantener al máximo de regulares les rutinas del hijo mayor: la hora de comer, el hábito de leerle un cuento antes de dormir, etc.
Ya en casa, es recomendable incluirlo en el cuidado del recién nacido, aunque esto suponga tener que dedicar un poco más de tiempo en realizar las tareas, y sin que su “ayuda” sea una obligación. Además, hay que fomentar que pasen tiempo juntos, permitiéndole que lo mire y lo acaricie con cuidado. Buscar momentos en los que dedicar plena atención al hijo mayor, así como promover que los familiares y amigos que nos visiten le presen también atención, son otros de los aspectos a tener en cuenta. ¡Ah! Y no hay que usar con el recién nacido los objetos del mayor, como la manta o un peluche.
Si el hermano mayor no muestra interés por el bebé, no hay que forzarle; posiblemente es que necesite un poco de tiempo para asimilar su llegada. En este proceso de adaptación, es posible que aparezcan comportamientos negativos, que a menudo tienen el objetivo de reclamar nuestra atención. Al fin y al cabo, tener ciertos celos se considera normal.