El ejercicio físico es fundamental para poder tener vida plena y sana. Los importantes aspectos positivos del deporte son evidentes ya desde una edad temprana, resultando innumerables los beneficios que éste aporta a los niños, tanto físicamente como de desarrollo personal y social.
Los niños que se mantienen activos ganan en flexibilidad, fuerza muscular y resistencia cardiorrespiratoria, desarrollando unos músculos y huesos más fuertes y evitando los problemas que el sedentarismo conlleva, como la obesidad. Paralelamente, la práctica deportiva permite que los más pequeños fomenten su psicomotricidad, potenciando destrezas como la coordinación, la agilidad, el equilibrio o la velocidad.
Pero los beneficios aún van más allá. El deporte es un excelente medio para que los niños se diviertan, se relacionen con sus compañeros, mejoren su autoestima y aprendan a enfrentar los desafíos con mayor eficiencia. En definitiva, con la práctica deportiva se desarrolla en el pequeño valores tan importantes como el compañerismo, el esfuerzo, la implicación, el respeto y la confianza, entre muchos otros.