Romper con los estereotipos

Todos tenemos derecho a practicar deporte, no solo por los beneficios físicos y de salud que aporta, sino también por los valores que transmite y los aprendizajes que ofrece. Además, el deporte ayuda a plantar cara a la exclusión social, y también a la discriminación por género o por discapacidad. La práctica deportiva facilita romper con los estereotipos que la sociedad ha establecido.

Así, el deporte se convierte en un vehículo de transmisión de valores, como el respeto, el compañerismo, el esfuerzo, la perseverancia o el compromiso, entre otros. Dentro de un grupo o colectivo se establece una autonomía en cada miembro y también se crea una identidad, tanto individual como colectiva.

Además, gracias a la práctica deportiva se establecen relaciones y se estrechan los vínculos entre las personas, fomentando así la integración y cohesión social y promoviendola tolerancia y la no discriminación.

Existen algunos colectivos en la sociedad que corren más riesgo de ser excluidos que otros. En cuanto a las diferencias de género, el deporte puede convertirse en un mecanismo para igualar el papel de los hombres y las mujeres en esta sociedad. Fomentar el deporte sin género es indispensable para romper con los prejuicios y generar una sociedad de libre pensamiento sin condicionantes.

Las Naciones Unidas reconocen la importancia del deporte para el desarrollo global al aumentar el poder de decisión en las mujeres. Cierto es que cada vez más se promueve la práctica del deporte en femenino, pero queda mucho camino por recorrer hasta conseguir llegar a la equidad.

La práctica deportiva también es fundamental en la inclusión de personas con discapacidad, otro de los colectivos más sensible a la exclusión. El deporte se transforma en oportunidad y consigue impulsar un cambio de actitud entre los niños, niñas y jóvenes que tienen algún tipo de discapacidad. Es capaz de hacer nacer la confianza en uno mismo bajo un objetivo común entre todos los que comparten el deporte como nexo.

En definitiva, el deporte es capaz de dar oportunidades de desarrollo personal y social a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. La vulnerabilidad social es construida a partir de estereotipos, roles y prácticas socioculturales establecidas en una determinada comunidad.

Para hacer frente a estas situaciones tan delicadas des de la Fundación Rafa Nadal trabajamos para que los niños y jóvenes tengan igualdad de oportunidades para desarrollar sus máximas capacidades y potencial, promoviendo la integración y el desarrollo personal. ¿Cómo? A través de la práctica deportiva.

Post adaptado del artículo publicado en Junior Report

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