¿Cómo fomentar la tolerancia a la frustración y el autocontrol en niños y adolescentes ?

¿Sabrías decir qué sientes cuando eso que quieres que pase no se cumple como querías? Es en ese momento cuando a menudo entra en escena la frustración. La frustración es una vivencia emocional que experimentamos cuando tenemos un deseo, un objetivo o necesidad que no podemos satisfacer en el momento que queremos que sea satisfecha. La consecuencia de esto hace que experimentemos – tanto adultos como niños- emociones desagradables como rabia, ira, tristeza o ansiedad.

Asimismo, la tolerancia a la frustración significa ser capaz de afrontar y gestionar de manera adecuada esas limitaciones que hacen que no podamos satisfacer, en ocasiones, nuestros deseos o necesidades. Está estrechamente ligada al autocontrol, el cual implica la habilidad de canalizar y dominar nuestras emociones, conducta y pensamientos de forma eficaz.

La frustración forma parte de nuestra vida y aunque es imposible no experimentarla, sí que podemos aprender a manejarla. En la etapa infantil, es un período donde predomina el egocentrismo debido al momento evolutivo en el que se encuentran. Esto hace que quieran satisfacer en todo momento sus deseos. Por este motivo, la familia tiene un papel fundamental en el manejo de la frustración en esta etapa, puesto que son los responsables de ajustar sus deseos a la realidad para que aprendan a crear expectativas adecuadas a las distintas realidades con las que se encontrarán en un futuro como adultos.

El intentar complacer y ceder ante todos los deseos de los hijos, no ayudará a favorecer su desarrollo como persona, dando lugar a grandes dificultades para gestionar situaciones difíciles.

No es una tarea fácil, y es completamente comprensible que a los padres y madres les pueda costar trabajo ver a sus hijos/as tristes o enfadados y puede resultar común que nos cueste en ocasiones decirles “no”, para evitar ese malestar emocional a corto plazo. Lo cual hace que experimenten poco las emociones desagradables.

Sin embargo, como afirman muchos psicólogos/as, “conocer y comprender las emociones desagradables en la infancia, en un ámbito seguro como lo es la familia, favorecerá tanto la regulación emocional, como el afrontamiento y el autocontrol, lo que dará lugar a que desarrollen un autoconcepto sano y madurez emocional”. Es decir, si en la familia se trabajan emociones como tristeza, rabia, ira o angustia, podremos reducir las consecuencias derivadas de estas emociones.

La educación para gestionar de forma eficaz la frustración en etapas tempranas del desarrollo resulta de especial importancia, puesto que está estrechamente ligada con la autoestima del niño y con el hecho de que cuando se presente la frustración las emociones que experimenten no tomen el control de su vida. Por ello es importante que cuando aparezcan situaciones que causen frustración, acompañarles en el proceso validando sus emociones y ayudándoles a crear soluciones u alternativas.

Desde el Centro Fundación Rafa Nadal Valencia, como cada mes ofrecemos un espacio para que las familias se puedan expresar y comunicar teniendo un tema en común. El papel de la psicóloga y el trabajador social es ejercer de guía para el grupo.

Por este motivo, debido tanto a las necesidades detectadas en los menores como a las demandas de las madres y los padres, en el Centro Fundación Rafa Nadal de Valencia se desarrolló un taller para familias dirigido expresamente a explicar en qué consiste esta vivencia emocional. En dicho taller se ofrecieron estrategias para fomentar dentro del ámbito familiar la tolerancia a la frustración y el autocontrol en niños/as y adolescentes. Las estrategias que se enseñaron, desarrolladas por diferentes psicólogos expertos en el tema, son las siguientes:

  • Dar ejemplo. La actitud positiva de los progenitores a la hora de afrontar las situaciones difíciles es el mejor ejemplo para que nuestros hijos aprendan a resolver sus propios problemas.
  • Enseñarle la importancia del esfuerzo. Así aprenderán que el esfuerzo es la mejor vía para resolver muchos de sus fracasos.
  • No darles todo hecho. Si se lo facilitamos todo y no le permitimos alcanzar retos por sí mismo, resultará complicado que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
  • No ceder ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes suelen derivar en rabietas o enfados. Si cedemos ante ellas, aprenderán que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.
  • Marcarle objetivos. Es una forma eficaz de educarle en la tolerancia a la frustración. Para ello, los objetivos deben de ser realistas y razonables, sin exigirles que se enfrenten a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.
  • Convertir la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que aprendan cosas nuevas. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse.

Centro Fundación Rafa Nadal de Valencia

Sonia García Pardo, psicóloga, y Mariano Pillonetto, trabajador Social

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