En 2010, IESE publicó la lista de los 20 jóvenes emprendedores más influyentes de España. Del análisis de ese perfil de jóvenes de éxito empresarial, se obtuvieron una serie de características que compartían y que se repetían en sus perfiles. Eran las siguientes:
1.- Pasión
2.- Visión
3.- Capacidad de Aprendizaje
4.- Buscar/Lograr Resultados
5.- Determinación y Coraje
6.- Creatividad e Innovación
7.- Persistencia
8.- Sentido de la Oportunidad
9.- Trabajo en Equipo
10.- Autoestima
11.- Asertividad
12.- Organización
Muchas de estas características que son claves para el éxito en el mundo laboral no se enseñan en casi ningún programa escolar ni de instituto, universidad o escuela de negocios. Sin embargo, casi todas esas características se trabajan y se adquieren practicando deporte.
La pasión es fundamental para jugar a cierto nivel porque sino, no es posible dedicarle tanto esfuerzo y energía a algo que no gusta. Con el deporte se trabaja la visión para poder mantener el ritmo y la capacidad mental que indica hacia dónde se quiere ir y porqué se esta haciendo lo que se hace.
El deportista entiende que está en continuo aprendizaje y mejora, porque el día que crea que ya no puede mejorar está acabado. El deportista está orientado a resultados ya que su principal objetivo es ganar, aunque entiende la derrota como parte del proceso y para eso necesita aplicar toda su determinación y coraje.
La creatividad y la innovación son parte del desarrollo y mejora, tanto en entrenamientos como en competición. Un deportista entiende que tiene que crear las situaciones donde haya oportunidades, identificarlas e ir a por ellas en el momento en el que surjan. Aunque eso sólo ocurrirá si se trabaja en equipo, incluso en los deportes individuales -familia, entrenador, médico, fisio, preparador físico, mentor…-
Los deportistas desarrollan un sentido de autoestima especial que hace que sientan que se merecen los éxitos y que sepan que son importantes. Es clave para cerrar partidos y mantener una actitud de crecimiento. Esto va unido a la asertividad, a dar el golpe con rabia y con firmeza, a aceptar retos y superarlos con suficiencia. A volver a por más.
Y para que todo esto tenga sentido, la vida de un deportista necesita de una organización especialmente intensa ya que tanta actividad, tanta exigencia y tanto rendimiento tiene que ser encauzado adecuadamente.
A veces se habla de deporte pero no de deportividad. El deporte es la actividad física en si, el juego, pero la deportividad engloba el deporte y le añade comportamientos, formación, educación y actitudes. Y entorno a este aspecto giran todos los proyectos de la Fundación Rafa Nadal: hacer del deporte una herramienta de aprendizaje y desarrollo personal y social. Deporte con deportividad.