Vic Braden ha sido uno de los personajes que más impacto ha tenido en el tenis en los Estados Unidos. Fue jugador profesional y en los últimos 50 años ha sido entrenador y asesor de muchos de los mejores jugadores de la ATP. Una de las curiosidades de Braden era que podía prever en un 95% de los casos, cuando un jugador iba a cometer una doble falta antes de que golpeara la bola.
Cuando le preguntabas por qué lo sabía, no era capaz de explicarlo. No sabía si era la postura, la actitud ante el golpe, la manera en la que lanza la bola, la fluidez del movimiento…El caso es que lo sabía. Pero…¿por qué? Su conclusión era que la respuesta estaba en su inconsciente.
La parte consciente del cerebro es capaz de gestionar 40 órdenes por segundo. Sin embargo, la parte inconsciente puede gestionar 11 millones de órdenes por segundo. Lo que le pasaba a Braden es que su cerebro trabajaba en la zona inconsciente -que funciona mucho más rápido que la consciente- y por eso era capaz de procesar una gran cantidad de datos que percibía en la ejecución del segundo servicio. Así, era capaz de predecir el resultado.
Esa “intuición” es la racionalidad del inconsciente y solamente funciona con solvencia en aquellos aspectos en los que hemos alimentado correctamente el cerebro con información, con experiencias y con conocimiento. Es como un ordenador que va a toda velocidad, pero si no le damos los datos y la información correcta, no vale para nada.
A veces, como padres o educadores nos enfrentamos a situaciones complicadas donde tenemos que tomar decisiones que afectan a nuestros pequeños y que sabemos que van a tener un impacto en mayor o menor medida. En primer lugar, es indispensable informarnos sobre la situación, sobre las alternativas, sobre sus posibilidades…Pero una vez disponemos de todos estos datos e información lo que queda es: la confianza. La confianza en nuestro instinto, la confianza en nuestras sensaciones, la confianza en nuestra intuición. Porque esa es la manera que tiene la parte inconsciente del cerebro de transmitirnos sus conclusiones.