Los beneficios que aporta la práctica regular de actividades deportivas están más que demostrados y son conocidos por todos. Con el deporte, nuestra salud se ve reforzada y mejora en muchos aspectos, tanto físicos, psíquicos como socioefectivos. En personas que sufren algún tipo de discapacidad intelectual, la aportación del deporte es también evidente, en forma de integración social, interacción entre compañeros o mejora de la autoestima, así como en muchos otros ámbitos fundamentales.
Para una persona con discapacidad intelectual, las sensaciones positivas que proporciona marcar un gol, mejorar en el manejo de la raqueta o batir una marca son decisivas para reforzar e incidir en los aspectos personales y sociales más fundamentales. Además, al practicar la actividad en grupo o en un equipo se potencian e incrementan estos beneficios, al poderlos compartir y experimentar junto a otros compañeros.
Uno de los alumnos del proyecto Más que Tenis, explica: “Gracias al tenis he mejorado mi coordinación de brazos y mido mejor la distancia. Además, he conocido a nueva gente, nuevos amigos. Para mis familiares, la alegría de verme con ganas de que llegue el sábado para entrenar ha significado mucho”. Por su parte, uno de los entrenadores del programa afirma que “es muy satisfactorio ver como los chicos mejoran semana a semana, se anteponen a las dificultades y consiguen superar los retos a los que se enfrentan”.