En los años de andadura de la Fundación hemos podido comprobar que, mediante el deporte, se logra potenciar algunos de los valores que consideramos más importantes para el desarrollo personal: respeto, igualdad, esfuerzo, implicación, integridad, participación, autoconfianza, seguridad, creación de identidad, compañerismo, cooperación y cohesión social.
Tenis, básquet, voleibol, balonmano…cualquier deporte puede ser una valiosa herramienta para que los niños desarrollen aptitudes positivas frente a los retos de la vida diaria y en la relación con su entorno. De esta manera, aprenden a enfrentar y resolver conflictos. Y es que el deporte es una actividad integradora y de desarrollo, no sólo lúdica o física, y en nuestra opinión, un excelente vehículo para la educación.
Según resume Ana María Parera, Presidenta de la Fundación “el deporte en sí mismo o la formación de deportistas no es nuestro objetivo, sino una fantástica herramienta gracias a la cual los pequeños crecen y mejoran personal y socialmente. Responde a una forma de entender la educación; responde a aquello que hemos vivido en nuestra propia familia”.