En la India, la igualdad de género está reconocida legalmente, pero no en la práctica. La Constitución asegura que hombres y mujeres tienen los mismos derechos y existen leyes que combaten el matrimonio infantil, la violencia de género o prácticas como la dote: una aportación económica que la novia tiene que pagar a su marido cuando se casa para compensar los gastos de mantenerla el resto de su vida.
Sin embargo, todos estos problemas siguen vigentes en la vida de millones de mujeres. UNICEF estima que la mitad de las mujeres indias entre 20 y 24 años se ha casado antes de los 18 años. “La mujer es percibida como un bien económico y queda sometida a las decisiones de sus padres, tanto para pactar la edad del matrimonio como para elegir el marido”, afirman desde la Fundación Vicente Ferrer, que desarrolla proyectos de integración social en la India desde hace casi 50 años.
Dado que las niñas son una carga económica para sus familias, muchas mujeres abortan -forzadas o por voluntad propia- cuando saben que van a tener una hija. De hecho, se calcula que en la India faltan 63 millones de mujeres que nunca llegaron a nacer, a pesar de que desde 1994 existe una ley que prohíbe determinar el sexo del feto.
Una vez en el mundo, la vida no es mucho más fácil. Además de verse forzadas a casarse con quien determinan sus padres, la mayoría de mujeres sufren discriminación en otros ámbitos de su vida, como la educación o el trabajo.
Y no sólo eso; muchas de ellas sufren violencia directa: tan sólo en 2016 se produjeron casi 20.000 violaciones en la India y cada día más de 200 niñas y mujeres son vendidas dentro del mercado ilegal de personas.
A pesar de que las cifras son abrumadoras, muchas organizaciones se esfuerzan por cambiar el futuro de la mujer en la India. Desde la Fundación Rafa Nadal, conjuntamente con la Fundación Vicente Ferrer, desarrollamos un proyecto de integración a través del deporte y la educación en el Centro Educativo Anantapur, ubicado en una de las zonas más pobres del país.
Igualdad de género a través del deporte
El Centro Educativo Anantapur es un espacio de encuentro entre niños y niñas de diferentes castas y edades. En total, más de 200 niños y jóvenes de entre 6 y 17 años reciben apoyo educativo y entrenamiento en tenis como una forma de impulsar su desarrollo personal e integración social. Por supuesto, el género no es un elemento de división.
Los niños y niñas comparten todos los espacios y actividades; desde clases y entrenamientos hasta torneos, juegos y excursiones culturales. El objetivo es fomentar el conocimiento mutuo y eliminar las barreras de género dentro y fuera del centro.
“Es muy importante mostrar a los niños y niñas referentes que puedan tomar como modelos. Por esa razón, durante el curso los alumnos ven documentales, partidos de tenis o películas donde la mujer tiene un papel clave”, afirma Xisco Mercadal, coordinador del Centro Educativo Anantapur. De este modo, los jóvenes pueden ver ejemplos de mujeres que luchan por cambiar el mundo lejos de los roles de género tradicionales.
Post adaptado del artículo publicado en Junior Report