Deporte con poder transformador

El deporte no sólo es un excelente medio para la transmisión de valores, sino que a través de éste se promueve también el desarrollo personal, social y emocional; fortaleciendo aspectos tan importantes como la integración y la igualdad.

Desde la Fundación Rafa Nadal creemos firmemente en el poder transformador del deporte y de la educación, dos herramientas que permiten a los niños, niñas y adolescentes llegar tan lejos como se propongan, independientemente de su origen y sus condiciones personales y sociales, incluidos aquellos que presentan algún problema de aprendizaje o discapacidad.

Algunos de los aspectos de desarrollo personal que se adquieren a través de la práctica deportiva son la superación, el autocontrol, la autoestima, la empatía, el esfuerzo y la autonomía, entre otros. También es importante la presencia del deporte a nivel social, tanto por las relaciones interpersonales que se crean, como por la aparición de sentimientos de pertenencia a un grupo y el fomento de valores como el respeto a los demás, la cooperación, el liderazgo y el trabajo en equipo.

A través de la práctica de deportes colectivos, se generan situaciones que obligan a los practicantes a llegar a un acuerdo, sea con los compañeros o con los rivales. El deporte es un instrumento muy efectivo, ya que las situaciones que se dan se pueden trasladar a la vida cotidiana a la hora de aprender a gestionar los problemas y en cuanto a la relación con los demás.

El desarrollo de los valores que se adquieren a través de la práctica de deporte va estrechamente relacionado con la educación inclusiva. Para ello es necesario fomentar actitudes positivas en torno a la diversidad y a las diferentes capacidades físicas, como también sociales, de todos aquellos que participan.

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