Hace unos días se celebró en el Centro Fundación Rafa Nadal la 2ª edición de la jornada Más allá del Deporte, en la que más de 60 alumnos del centro tuvieron la oportunidad de compartir experiencias con deportistas de primer nivel. Como el nombre de la jornada indica, ésta no se centró únicamente en la práctica deportiva, sino que los auténticos protagonistas del evento fueron los valores olímpicos.
Todos los Juegos Olímpicos empiezan con una ceremonia de apertura, un acto lleno de música y espectáculos en el que se presentan las delegaciones de los diferentes países. El momento más importante llega cuando un atleta del país anfitrión lee el juramento olímpico, en el cual se compromete, en nombre de todos los participantes, a competir de una forma limpia y respetuosa.
Este juramento, pronunciado por primera vez en los Juegos Olímpicos de Amberes, en 1920, ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Pero siempre ha conservado, en pocas palabras, el espíritu de los valores olímpicos: excelencia, amistad y respeto.
Estos principios no sólo se aplican al deporte, sino que también nos ayudan en nuestro día a día, en nuestra vida personal y profesional. Por esta razón, es fundamental transmitirlos a los más vulnerables: niños y jóvenes en riesgo de exclusión social que necesitan creer que con esfuerzo y perseverancia todo es posible.
Este es el objetivo de la Jornada Más Allá del Deporte, que desde la Fundación Rafa Nadal organizamos junto con Telefónica, a través del programa Podium, que beca a jóvenes deportistas para que puedan aspirar a competir en los Juegos Olímpicos.
Este año participaron en el evento tres deportistas olímpicos: Mihaela Siobanu (balonmano), Jennifer Miranda (boxeo) y Joan Lino (salto de longitud), además de la joven promesa del taekwondo español, Ramón Ruiz.
A lo largo del día, los alumnos del centro pudieron escuchar, en primera persona, las experiencias de superación de estos deportistas. “Los límites se los marca uno; los límites están en nuestra cabeza”, afirmó Mihaela Siobanu. “Nada es fácil. Hay que persistir y esforzarse para que los logros lleguen“, dijo por su parte Joan Lino
Los 60 niños y niñas también pudieron poner en práctica las diferentes disciplinas representados: balonmano, taekwondo y salto de longitud, guiados por los propios deportistas. El objetivo era enseñarles la técnica y particularidades de cada deporte, pero, sobre todo, hacer hincapié en los valores comunes a todos ellos, como son el esfuerzo, la constancia y el compañerismo.
“El hecho de poder conocer de cerca la experiencia de deportistas de alto nivel supone un ejemplo para estos niños de cómo con esfuerzo, voluntad y constancia estarán más cerca de conseguir lo que se propongan”, afirma Eunate Gómez, directora del Centro Fundación Rafa Nadal.
Toda una oportunidad de divertirse, descubrir nuevas aficiones y conocer a personas que, como ellos, luchan por conseguir sus sueños.
Post adaptado del artículo publicado en Junior Report