Todos sabemos los muchos beneficios que nos aporta la practica regular de deporte: se consigue una mayor tonificación muscular, se duerme mejor por la noche, se elimina el exceso de peso si se acompaña con una dieta equilibrada, se aumenta la autoestima, se liberan endorfinas… entre un largo etcétera. Pero, ¿sabias que con la actividad física mejora también nuestra memoria y capacidad cognitiva?
Numerosas investigaciones científicas señalan que la actividad física intensa ayuda a consolidar mejor lo que se aprende y mejora la memoria a largo plazo. Concretamente, realizar tan sólo quince minutos intensos dentro de la rutina de ejercicios es suficiente para potenciar la memoria. Estos efectos positivos de la actividad física en la memoria se potencian aún más cuando el ejercicio se realiza a posteriori, durante las primeras etapas de la consolidación de la memoria.
Estas conclusiones son a las que llegó un estudio liderado por el neurocientífico Marc Roig en la Universidad de Copenhague (Dinamarca). Según comenta el propio Roig, “es un campo de investigación en el que aún nos queda mucho por aprender. Sabemos que la actividad física es beneficiosa para mantener una buena salud cognitiva, pero tenemos que averiguar cuáles son exactamente los factores clave que hacen que el ejercicio aeróbico mejore la memoria”.
Por su parte, el divulgador científico Eduardo Punset explica que cuando practicamos ejercicio, “nuestro cuerpo envía a través de la corriente sanguínea productos químicos al cerebro, que se convierten un una especie de gendarme que dicta instrucciones que alimentan los procesos responsables de un pensamiento más sofisticado”.
Un motivo más para que la práctica deportiva sea un habito en nuestro día a día.